BEIJING – Si bien Eileen Gu, la esquiadora nacida en Estados Unidos, se convirtió en una favorita de la población china durante los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing, China entrenó a muchos de sus campeones deportivos en el país, a través de su régimen de deportes juguo(nación completa). Y ahora China está aplicando la estrategia juguo –desplegar enormes recursos para alcanzar un objetivo estratégico o forjar prestigio nacional- para alcanzar una proeza tecnológica de primer nivel mundial.
China persigue sus objetivos tecnológicos con una intensidad nunca vista desde que el presidente Mao Zedong se comprometió a desarrollar armas nucleares hace seis décadas. La motivación no podía ser más clara. En la presidencia de Donald Trump, Estados Unidos lanzó una campaña contra las empresas tecnológicas chinas –especialmente Huawei y ZTE- que incluía restringir su acceso a tecnologías críticas controladas por Estados Unidos como los semiconductores. Esa campaña ha seguido vigente en la presidencia de Joe Biden, y muchas más empresas chinas enfrentan un destino similar si se las suma a la llamada Lista de Entidades de Estados Unidos.
Las acciones de Estados Unidos han sido una llamada de atención para China. En lugar de seguir siendo vulnerable a los caprichos de Estados Unidos, necesita volverse autosuficiente en términos tecnológicos.
BEIJING – Si bien Eileen Gu, la esquiadora nacida en Estados Unidos, se convirtió en una favorita de la población china durante los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing, China entrenó a muchos de sus campeones deportivos en el país, a través de su régimen de deportes juguo(nación completa). Y ahora China está aplicando la estrategia juguo –desplegar enormes recursos para alcanzar un objetivo estratégico o forjar prestigio nacional- para alcanzar una proeza tecnológica de primer nivel mundial.
China persigue sus objetivos tecnológicos con una intensidad nunca vista desde que el presidente Mao Zedong se comprometió a desarrollar armas nucleares hace seis décadas. La motivación no podía ser más clara. En la presidencia de Donald Trump, Estados Unidos lanzó una campaña contra las empresas tecnológicas chinas –especialmente Huawei y ZTE- que incluía restringir su acceso a tecnologías críticas controladas por Estados Unidos como los semiconductores. Esa campaña ha seguido vigente en la presidencia de Joe Biden, y muchas más empresas chinas enfrentan un destino similar si se las suma a la llamada Lista de Entidades de Estados Unidos.
Las acciones de Estados Unidos han sido una llamada de atención para China. En lugar de seguir siendo vulnerable a los caprichos de Estados Unidos, necesita volverse autosuficiente en términos tecnológicos.